domingo, 31 de mayo de 2015


Desempolvando Cartas Nunca Enviadas:


Este mundo en el que vivimos, es un lugar maravillosamente extraño doña. Junta, separa, grita y acalla todo lo que creemos ser o tener. Todo se puede perder bajo el velo idiota de lo cotidiano. Podemos así ser cómplices de la destrucción de universos completos; Galaxias y mundos, hechos y posibilidades devorados ante nuestros silencios ¡Estoy tan harto de los silencios 'eñora, si supiera! Yo creo que sabe. Esta carta es la reivindicación de mi alma ante el silencio torpe de mis labios. Pero no hay nada que usted no sepa.

Una vez le dije que sus ojos eran violentos. Que cobardía la mía. Es su mirada. Soy yo ante ella. Su mirada me es peligrosa... ¿Quien no le teme, aunque sea un poco, al infinito?

¡Desde hace tanto no salen sus ojos de mi mente!
Me persiguen por donde ando, me divisan desde todo rincón. No he parado de ser ante su mirada.
No hay escape ni escondite, y me llenan de una bella desesperanza.

Vengo tan cansado y tanto de mi viene tan muerto.
Todo esto es un ejercicio tan absurdo cuando se que dentro mio no hay nada que ofrecer a nadie.

Todo esto es cierto. Lo sé. Pero aún así, algo en mi pecho quiere verla de espaldas en un pastizal. Presenciar la maravilla de sus ojos leyendo el cielo. 
Algo en mi quiere escucharla recitarle su alma a las nubes que pasan ...


Tomas Sin Nada.